Quiche de Berenjenas

Precalienta tu horno a 180°C.

Extiende la masa quebrada con un rodillo en un molde apto para horno.

Lava la berenjena. Corta 4-5 rodajas finas y el resto de la berenjena córtala en dados no muy grandes. Reserva las rodajas de berenjenas.

Pica una cebolla.

En una sartén amplia echa un chorrito de aceite. Sofríe la cebolla. Cuando esté blandita añade los dados de berenjena, varias pizcas de sal y saltea todo durante 10 minutos a fuego medio. Vierte todo en un plato y reserva

En la misma sartén que has empleado para saltear la cebolla y las berenjenas, pasa las rodajas de berenjena con unas gotas de aceite.

En un recipiente, bate los huevos, añade la nata líquida y el queso rallado. Ahora incorpora la cebolla y los dados de berenjena, mezcla bien y añade sal al gusto. Vierte todo en el molde que contiene la masa quebrada. Termina colocando las rodajas de berenjena que tenías reservadas por encima y mete el molde en el horno durante 30 minutos aproximadamente. Cuando pinchando con un tenedor veas que el huevo ha cuajado, entonces saca del horno y sirve en la mesa.

Si tu berenjena es pequeñita emplea una entera.

Nosotros rallamos queso emmental y quedó muy bien.

Para la perfecta cocción de la masa quebrada, sigue mejor las instrucciones de su envase. Ahí se indicará el tiempo exacto que debe permanecer en el horno.

A veces la berenjena puede tener cierto sabor amargo. Si quieres eliminarlo corta la berenjena en láminas y extiéndelas en una bandeja y espolvoréales suficiente sal. Déjalas en reposo 30 minutos. Verás cómo empiezan a “sudar”, es decir, a eliminar gran parte de su líquido amargo. Nosotros no lo hacemos en la receta porque no nos saben amargas y nos gustan así, pero es cuestión de gustos.